
La lectura de la Biblia es un acto sagrado y transformador, pero muchas veces cometemos errores que limitan su impacto en nuestras vidas. Aquí te comparto los cuatro errores más comunes y cómo evitarlos:
1. Leerla Demasiado Rápido
“Mucho orgullo y poco aprendizaje viene de lecturas veloces”. — Charles Spurgeon
La Biblia no es un libro cualquiera, y mucho menos uno para leer a la ligera. Es la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17) y contiene verdades profundas que requieren tiempo y reflexión. Leerla rápidamente puede llevarte a perder detalles importantes y a no captar su verdadera riqueza.
Consejo:
Lee con calma, reflexionando sobre cada pasaje. Cuando lo hagas, descubrirás cosas que antes no habías notado: la grandeza de Dios se hará más evidente y tu orgullo disminuirá. Quienes leen la Biblia superficialmente tienden a creer que saben mucho, pero una lectura pausada y profunda revela cuánto más necesitamos aprender.
2. Sacar Versículos Fuera de Contexto
“Un texto sin contexto es un pretexto”.
Cuando interpretamos las palabras de alguien fuera de contexto, las distorsionamos. ¡Cuánto más grave es hacer esto con la Palabra de Dios! Muchas herejías y falsas enseñanzas han surgido por interpretar versículos aislados sin considerar el contexto completo.
Consejo:
Lee siempre los versículos en su contexto inmediato y en el marco del mensaje general de la Biblia. Pregúntate: ¿Qué quiso decir Dios realmente aquí? Esto te ayudará a evitar malentendidos y errores doctrinales.
3. Leerla Sin Oración
La oración y la lectura bíblica son inseparables. Como dijo Charles Spurgeon: “Los textos [de la Biblia] con frecuencia se niegan a revelarnos sus secretos hasta que los abras con la llave de la oración”.
Sin oración, el conocimiento de la Biblia puede quedarse en la mente sin llegar al corazón. Esto puede endurecerte o llevarte a un conocimiento seco, sin transformación espiritual.
Consejo:
Ora antes, durante y después de leer la Biblia. Pídele a Dios que te dé entendimiento y que transforme lo aprendido en tu vida. Una lectura correcta de la Palabra siempre te llevará a orar, y la oración te ayudará a comprender y aplicar lo que lees.
4. No Hacerte las Preguntas Necesarias
Muchas veces interpretamos la Biblia usando “lentes” que hemos adoptado por enseñanzas erróneas o tradiciones humanas, como el “evangelio de la prosperidad”. Esto distorsiona la Palabra y nos hace ver solo lo que queremos o nos enseñaron a ver, en lugar de lo que Dios realmente nos está diciendo.
Consejo:
Sé reflexivo al leer la Biblia y hazte preguntas que te ayuden a profundizar en su significado. Algunas preguntas útiles son:
- ¿Qué me enseña este pasaje sobre Dios?
- ¿Cómo se aplica esto a mi vida?
- ¿Qué me está pidiendo Dios que cambie o haga?
Evita leer la Biblia con prejuicios y permite que sea Dios quien te enseñe, no las ideas preconcebidas que puedas tener.
Conclusión
La Biblia es una fuente inagotable de sabiduría y transformación. Leerla correctamente requiere tiempo, oración, reflexión y disposición para escuchar a Dios. No caigas en estos errores comunes y experimenta la verdadera riqueza de Su Palabra.
"El estudio profundo de la Biblia, acompañado de oración, no solo nos cambia, sino que nos acerca más al Dios que nos transformará por completo".
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