miércoles, 18 de febrero de 2015

EL TIEMPO Y LA PROFECIA

El Factor Tiempo en el Cumplimiento de la Visión de Dios

Para experimentar el cumplimiento de los planes de Dios en nuestra vida, debemos considerar un elemento crucial: el factor tiempo. Si ignoramos este aspecto, podemos caer en la desesperación, el desánimo, rendirnos o quedarnos estancados a medida que pasa el tiempo.

La visión y el tiempo

  1. Una visión divina toma tiempo
    Las visiones que vienen de Dios no se alcanzan de inmediato. Requieren etapas, procesos, metas y logros que se desarrollan con el tiempo. Lo importante no es solo alcanzar la meta, sino el proceso de desarrollo. Una visión puede tardar años o incluso una vida entera en cumplirse.

  2. La visión es mayor que nosotros mismos
    Una verdadera visión de Dios siempre será algo que no podemos alcanzar por nuestras propias fuerzas. Esto nos recuerda que dependemos de Él para lograrlo.

La Escritura dice: "Y Jehová me respondió: Escribe la visión y declárala en tablas..." Esto nos enseña que debemos tener una visión clara y escrita, saber lo que queremos y lo que Dios ha depositado en nuestro corazón. La visión debe ser compartida para que otros la conozcan y puedan unirse a ella, porque no podemos alcanzarla solos. Una visión clara y compartida permite que todos trabajen en una misma dirección.

El papel de la fe en la visión

  • La visión que viene de Dios es tan grande que solo puede ser alcanzada a través de la fe. La fe nos mueve de lo ordinario a lo extraordinario.
  • La visión permanece en el corazón, ardiendo constantemente. Aunque tarde en cumplirse, debemos recordar que el tiempo no está en nuestra contra; más bien, es un aliado que Dios utiliza para desarrollar su plan en nosotros.

La Escritura afirma:
"Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará."
Esto nos enseña que, aunque parezca tardar, Dios siempre cumple sus promesas. Es nuestra fe la que nos sostiene durante la espera, porque "el justo por la fe vivirá."

Características necesarias para alcanzar la visión

  1. Fe
    La fe no es solo una apariencia; es una experiencia. Nos da la capacidad de permanecer firmes ante la oposición y de no retroceder. Las circunstancias no deben determinar nuestras acciones; más bien, debemos avanzar confiando en lo que Dios ha prometido. Las pruebas y desafíos son oportunidades para que nuestra fe crezca y se fortalezca.

  2. Paciencia
    La paciencia bíblica implica constancia, firmeza, resistencia y perseverancia. Santiago 1:2-3 nos recuerda que las pruebas producen paciencia, y esta nos ayuda a mantenernos firmes en medio de las dificultades. Sin paciencia, podemos estancarnos o abandonar la visión.

Dios nos ha equipado con las herramientas necesarias para levantarnos de cualquier error, tentación o caída. Como dice la Escritura: "Siete veces cae el justo y vuelve a levantarse."

El tesoro en vasos de barro


2 Corintios 4:7-9 describe cómo llevamos un tesoro en vasos de barro: la presencia y el poder de Dios. Aunque enfrentemos tribulaciones, dificultades y pruebas, no estamos destruidos porque dependemos de Él. Estos momentos difíciles son oportunidades para que se manifieste la vida de Cristo en nosotros.

La palabra "prueba" en griego, dokimion, significa algo que ha sido aprobado por ser genuino. 1 Pedro 1:7 compara nuestra fe con el oro que, al ser probado en fuego, se purifica y se hace más valioso. Las pruebas vienen para perfeccionarnos y demostrarnos que podemos superarlas con la ayuda de Dios.

Conclusión

Alcanzar la visión de Dios requiere un corazón sencillo, una fe firme y un espíritu perseverante. Sigue adelante confiando en lo que Dios te ha dado. El tiempo, lejos de ser un obstáculo, es una herramienta que Dios utiliza para llevarte al cumplimiento de Su propósito. ¡Avanza con fe y enfócate en la visión que Él ha depositado en tu vida!

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