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domingo, 22 de febrero de 2015

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESTUDIAR LA BIBLIA?

¿Por qué es tan esencial la Palabra de Dios? Porque en ella se revela la mente y voluntad de Dios para tu vida (2 Timoteo 3:16-17). La Biblia es la única fuente de autoridad divina y absoluta para ti, como siervo de Jesucristo.

  1. Es infalible en su totalidad: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Salmo 19:7).
  2. Es inerrante en sus partes: “Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en Él esperan” (Proverbios 30:5-6).
  3. Está completa: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18-19).
  4. Tiene la autoridad final: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:89).
  5. Es totalmente suficiente: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16-17).
  6. Cumple lo que promete: “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero” (Isaías 55:11).
  7. Provee certeza de salvación: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye” (Juan 8:47).

LAS PARABOLAS DE JESUS: SU CORRECTA INTERPRETACIÓN


Una regla fundamental al interpretar parábolas es centrarse en el mensaje principal que intentan transmitir. No es prudente intentar encontrar un significado profundo o simbólico en cada detalle incidental de la historia. Este error fue común entre los teólogos medievales, quienes a menudo dedicaban largas disertaciones a analizar minuciosamente aspectos secundarios de las parábolas, buscando significados espirituales o simbólicos en cada elemento, mientras ignoraban la enseñanza central. Este enfoque no solo desvía la atención del propósito del pasaje, sino que puede llevar a interpretaciones erróneas.

Las parábolas, aunque son deliberadamente metafóricas, no deben interpretarse como alegorías donde cada elemento tiene un simbolismo específico. Una parábola es principalmente una comparación o analogía presentada en forma de historia. Por ejemplo, frases como "El reino de los cielos es semejante a…" (Mateo 13:31, 33, 44-45, 52; 20:1; 22:2) introducen parábolas que ilustran verdades espirituales de manera sencilla y directa.