Si alguien me preguntara cuál es el versículo bíblico más malinterpretado, mi respuesta inmediata sería: Mateo 7:1. Este pasaje, que dice: “No juzguéis, para que no seáis juzgados”, se cita con demasiada frecuencia y de manera incorrecta. Muchos lo usan como un escudo para evitar cualquier tipo de crítica o discernimiento, pero ¿realmente quiso Jesús decir que debemos abstenernos de todo juicio?
Para entender este versículo, debemos leerlo en su contexto completo:
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: ‘Déjame sacar la paja de tu ojo’, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7:1-5).