lunes, 9 de diciembre de 2024

El Uso Correcto de los Recursos para Glorificar el Reino de Dios

 Es fundamental reflexionar acerca de cómo debemos utilizar los recursos que Dios pone en nuestras manos. Al reconocernos como “Administradores del Rey”, entendemos que se nos encomienda la responsabilidad de manejar sabiamente los bienes que Dios nos ha confiado. Este llamado no solo implica cuidar lo que tenemos, sino también alinearlo con los propósitos del Reino.

Administración Sagrada: Un Llamado a la Integridad

La administración de los recursos no es un tema menor; exige trazarnos una política económica coherente con los valores del Reino de Dios. Esto significa evitar cualquier forma de corrupción o beneficio personal deshonesto. Los bienes que manejamos no son realmente nuestros, sino que nos han sido confiados para cumplir un propósito mayor: glorificar a Dios y servir al prójimo.


El Modelo del Antiguo Testamento

Al analizar el Antiguo Testamento, vemos que los diezmos y ofrendas tenían un objetivo claro:

  1. Sostener a la tribu de Leví, quienes no tenían herencia territorial y estaban dedicados al servicio sacerdotal.
  2. Atender las necesidades del pueblo, incluyendo a viudas, huérfanos y extranjeros.

La tribu de Leví no solo tenía un rol espiritual; también velaban por la salud del pueblo, actuando como médicos y cuidando el cumplimiento de las leyes de higiene establecidas en la Ley Mosaica (Levítico 15 y 16).

El propósito del alfolí

Los recursos depositados en el alfolí tenían un uso específico:

  • Sustentar a quienes trabajaban en la casa de Jehová.
  • Mantener el tabernáculo y, posteriormente, el templo.
  • Ayudar a los más necesitados, asegurando que todos tuvieran sustento y abrigo (Deuteronomio 14:22-29).

En ningún momento estos fondos se utilizaron para propósitos personales fuera de lo establecido. Cada recurso era administrado con responsabilidad y reverencia, reconociendo que pertenecía a Dios.


El Modelo del Nuevo Testamento


En la iglesia apostólica, el uso de los recursos adquirió un matiz comunitario. Según Hechos 4:34, los discípulos traían todos sus bienes a los pies de los apóstoles, quienes los administraban para garantizar que no hubiese necesidad en la comunidad.

Funciones principales de los recursos

  1. Sostener a los pastores y líderes espirituales.
  2. Atender a las viudas, huérfanos y otros necesitados.
  3. Brindar ayuda a iglesias en crisis, mediante ofrendas entre comunidades (1 Corintios 16:1-4).

Sin embargo, este modelo enfrentó desafíos. En Hechos 6:1, la creciente comunidad comenzó a experimentar tensiones debido a la distribución desigual de los recursos. Para solucionar esto, los apóstoles propusieron la elección de siete diáconos, hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y sabiduría, encargados de administrar los bienes con equidad y justicia (Hechos 6:3).

Lecciones de los diáconos

Aunque no conocemos detalles específicos sobre cómo administraban los recursos, es evidente que siguieron principios claros:

  • Priorizar el bienestar comunitario.
  • Basar sus decisiones en los valores enseñados por Jesús.
  • Asegurarse de que cada persona tuviera lo necesario para vivir con dignidad.

Nuestra Realidad Actual

En la actualidad, enfrentamos nuevos desafíos en el manejo de los recursos eclesiásticos. Se han difundido ideas que, aunque contienen algo de verdad, pueden distorsionar el propósito original:

  • “Todos los diezmos son para el pastor.”
  • “Todos los diezmos son para el concilio.”
  • “Los diezmos son para fines específicos, como construcción o eventos.”

Estas ideas deben ser evaluadas con cuidado, recordando que el propósito del diezmo es sostener a la comunidad de fe en su totalidad, tal como se hacía en la iglesia primitiva.

El alfolí en contexto moderno

El diezmo debe ser traído a la comunidad local de la cual somos parte, no a una persona o institución externa. Esto asegura que los recursos se utilicen para cubrir las necesidades generales de la iglesia, desde el sostenimiento de los líderes hasta la ayuda a los necesitados.


Diferencias entre Diezmos y Ofrendas

Es importante diferenciar entre ambos conceptos:

  • Diezmos: Son un compromiso establecido en la Palabra, destinados a cubrir el presupuesto básico de la iglesia.
  • Ofrendas: Son voluntarias y pueden ser asignadas a fines específicos, como apoyar misiones, ayudar a una persona en necesidad o financiar proyectos fuera del presupuesto habitual.

Esta distinción nos ayuda a manejar nuestros recursos de manera organizada y en línea con las prioridades de la iglesia.


Reflexión Final

Dios nos ha llamado a ser administradores fieles, no solo en lo material, sino también en nuestra disposición espiritual. La clave está en recordar que todo lo que poseemos proviene de Él y que nuestra responsabilidad es usarlo para glorificar Su nombre y beneficiar a los demás.

Reflexionemos:

  • ¿Estamos siendo buenos administradores de lo que Dios nos ha confiado?
  • ¿Están nuestros recursos alineados con los valores del Reino?

Que nuestras acciones reflejen siempre el principio de amor, generosidad y justicia que Jesús nos enseñó.

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa…” (Malaquías 3:10).

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