Detrás de todos los mentirosos y sus mentiras está el padre de la mentira: Satanás. El apóstol Pablo, al describir su ministerio, también caracteriza a aquellos que se oponen al Evangelio: “…porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-
15).
Falsedad, fraude, disfraz: en solo tres versículos, Pablo menciona cinco veces las estrategias que utilizan Satanás, sus huestes demoníacas y sus agentes humanos. Estas fuerzas aparecen como agentes de luz—razonables, respetables y justos—para ganarse la confianza de quienes están desprevenidos.