martes, 2 de noviembre de 2010

Dios debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón


"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente."
—Mateo 22:37

"El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí."
—Mateo 10:37

Estas palabras de Jesús no surgen porque sea un Dios egocéntrico o necesitado de amor exclusivo. Todo lo contrario, Él sabe que, como seres emocionales, tendemos a aferrarnos profundamente a otras personas, lo que puede desviarnos de Su propósito. Estas ataduras emocionales pueden traer dolor y, en casos extremos, consecuencias devastadoras, como el desánimo o el auto prescindir de la vida.

martes, 24 de agosto de 2010

Debo Nacer de Nuevo

¡Hola! Que la paz de Dios sea contigo.

Hoy quiero compartir contigo un mensaje de vida eterna, basado en la Palabra de Dios. Si tienes una Biblia, te invito a que leas Juan 3. Vamos a reflexionar sobre el tema: "Debo nacer de nuevo". El pasaje bíblico dice así:

Juan 3:1-5
"Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo: —Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: —¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios."

En este relato, vemos cómo Nicodemo, un líder religioso de su tiempo, se acerca a Jesús buscando respuestas. Lo hace de noche porque temía ser visto, pero tenía el deseo de escuchar las enseñanzas del Maestro. Nicodemo reconocía que Jesús era enviado de Dios por las señales que realizaba.

Jesús le responde que para ver y entrar en el Reino de Dios, es necesario nacer de nuevo. Este nuevo nacimiento no es físico, como pensó Nicodemo, sino espiritual. Es un cambio completo de vida, un renacer en agua y Espíritu, dejando atrás lo que nos separa de Dios y adoptando una vida guiada por Su voluntad.