sábado, 23 de noviembre de 2024

PERSONAJES DE HECHOS DE LOS APOSTOLES: "LOS HIJOS DE ESCEVA"

 1. Los Hijos de Esceva y Su Historia en Hechos de los Apóstoles

En el Libro de los Hechos 19:13-16, se menciona a unos personajes conocidos como "los hijos de Esceva". Según el relato, eran siete hijos de un judío llamado Esceva, quien era identificado como "sumo sacerdote". Estos hijos intentaron realizar un exorcismo invocando el nombre de Jesús, diciendo: “¡Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo!” Sin embargo, el espíritu maligno al que se dirigían no solo se resistió, sino que reaccionó violentamente, haciéndoles huir. El demonio respondió: “Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?”. Acto seguido, el hombre poseído los atacó, y ellos huyeron heridos y desnudos.

Este incidente tuvo un fuerte impacto en la región, y muchos comenzaron a temer y a honrar el nombre de Jesús. La historia ilustra la importancia de la fe verdadera y la autoridad espiritual genuina, destacando que el uso superficial o mágico del nombre de Jesús carece de poder.

 

2. ¿Quién Era Esceva?

El personaje de Esceva es un tanto misterioso. Se le menciona como un "sumo sacerdote judío", pero no aparece en las listas oficiales de sumos sacerdotes del Templo de Jerusalén, lo que sugiere que es posible que este título fuera honorífico o que estuviera relacionado con prácticas de exorcismo dentro de la comunidad judía de Éfeso y no en el contexto oficial de Jerusalén. Otra posibilidad es que "sumo sacerdote" se utilizara en este contexto para dar estatus o importancia a su rol, dado que el término “sacerdote” se aplicaba también a quienes tenían un rango elevado en la jerarquía de la sinagoga.

Esceva y sus hijos formaban parte de una tradición de exorcistas judíos que se había desarrollado y que continuaba en varias ciudades del mundo helenístico, incluyendo Éfeso, donde el sincretismo religioso y las prácticas místicas eran comunes.

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3. Exorcistas Judíos en Tiempos de Jesús

El judaísmo del Segundo Templo (desde aproximadamente el 516 a.C. hasta el 70 d.C.) era un período en el que la creencia en los demonios y la posesión espiritual era muy común. Los demonios eran vistos como seres que podían afligir a las personas, y el exorcismo se practicaba como un medio para liberar a los poseídos.

Durante este tiempo, los exorcistas judíos desempeñaban un papel importante. No eran sacerdotes del templo necesariamente, sino figuras religiosas con conocimientos específicos sobre prácticas y oraciones que se pensaba que podían expulsar a los demonios. Flavio Josefo, el historiador judío, menciona que el exorcismo era una práctica conocida y que había ciertos rituales utilizados para llevarla a cabo. Incluso cita que existía una fórmula específica atribuida al rey Salomón, quien se creía que había recibido sabiduría divina para controlar demonios y espíritus malignos.

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 4. Origen de los Exorcistas Judíos

El origen de los exorcistas judíos tiene raíces en los textos apócrifos y la literatura intertestamentaria (es decir, los libros escritos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento), como el Libro de Tobit y otros textos del corpus de literatura sapiencial, que mencionan a los demonios y a los espíritus malignos.

La figura de Salomón es central en este contexto. Según la tradición, Salomón había recibido poder de Dios para someter a los demonios. Esta tradición de Salomón dio lugar a un conjunto de escritos apócrifos y pseudepigráficos conocidos como los “Testamentos de Salomón”, que detallan cómo este rey usaba nombres y conjuros para someter a demonios y espíritus. Así, los exorcistas judíos fueron influenciados por esta tradición y a menudo empleaban invocaciones y oraciones basadas en el nombre de Dios, de ángeles, o de figuras de la historia judía para realizar exorcismos.

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5. Fórmulas o Palabras para Exorcismos

En los tiempos de Jesús y antes, los exorcistas judíos empleaban diversas fórmulas para expulsar demonios. Algunas de estas invocaciones incluían el uso de los nombres de Dios, de ángeles o de figuras veneradas. La literatura de ese tiempo muestra que algunos exorcismos se realizaban en el nombre de Dios o de personajes bíblicos, como Salomón, o incluso por medio de objetos sagrados (como ramas de hierbas o raíces) o líquidos como agua.


Existen registros de papiros mágicos egipcios y griegos (los “Papiros Mágicos Griegos”) que contienen fórmulas en hebreo y arameo, utilizadas en los rituales de exorcismo, que incluyen invocaciones a nombres sagrados. Estas fórmulas contenían palabras arcaicas o el uso de “nombres divinos” específicos. También se conocen frases como: “Te ordeno en el nombre del Dios de Abraham, Isaac y Jacob” y otros términos reverentes que buscaban imponer autoridad espiritual.

En los relatos bíblicos, sin embargo, Jesús no usaba fórmulas largas ni objetos. Simplemente ordenaba a los demonios que salieran, destacando su autoridad única.

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6. Escuelas de Exorcistas y Técnicas Utilizadas

No se tiene evidencia de “escuelas” formales de exorcismo en tiempos bíblicos, pero sí se sabe que existían grupos itinerantes de exorcistas, y que algunos de estos practicantes se unían bajo líderes carismáticos o personas con conocimientos de esta práctica. Estos exorcistas realizaban sus prácticas en sinagogas, casas o en áreas de reunión, y empleaban ritos, oraciones y técnicas rituales específicas para cada caso de posesión.

La figura de Eleazar es mencionada por Josefo, quien detalla que este hombre practicaba exorcismos invocando el nombre de Salomón y usando técnicas como poner un anillo con una raíz especial en las fosas nasales de los poseídos, lo cual, según el relato, lograba expulsar a los demonios. Estos elementos naturales y rituales eran importantes, pues se creía que el uso de hierbas o raíces tenía un poder que ayudaba a “encerrar” o “repeler” a los espíritus malignos.

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7. Los Exorcistas Judíos en Relación con Jesús

Jesús, en el Nuevo Testamento, se destacó por su autoridad y el poder inmediato de sus exorcismos. A diferencia de los exorcistas judíos de su tiempo, Jesús no usaba fórmulas elaboradas ni invocaba nombres de figuras religiosas. Simplemente ordenaba a los espíritus malignos que se fueran. En Marcos 1:27, después de un exorcismo, la gente se maravillaba y decía: “¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva y con autoridad! Incluso a los espíritus inmundos les manda, y le obedecen”.

En el contexto cultural, esto lo diferenciaba enormemente de los exorcistas de la época, como los hijos de Esceva, quienes intentaban usar el nombre de Jesús como una fórmula, pero carecían de una relación real o una autoridad genuina en el nombre de Jesús, y por eso no tenían éxito.

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Conclusión

Los hijos de Esceva reflejan la fascinación y temor que causaba el poder de los exorcismos, especialmente en el nombre de Jesús. Mientras que muchos exorcistas en el contexto judío confiaban en fórmulas o palabras rituales, Jesús demostraba una autoridad absoluta sobre los demonios, sin recurrir a estas prácticas.

Este relato nos recuerda la importancia de una relación genuina con Dios para ejercer su autoridad, enseñándonos que el poder espiritual no se trata solo de palabras o rituales, sino de una fe auténtica en el Señor.

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