La autoridad natural es un concepto fundamental dentro de la teología cristiana, ya que refleja el orden establecido por Dios en la creación y en las relaciones humanas. Esta autoridad no es arbitraria, sino que está diseñada para el bienestar, la estabilidad y el florecimiento de la humanidad.
Desde las épocas más antiguas la máxima autoridad de una tribu, familia o pueblo siempre era el más anciano del lugar, siendo una cultura existente en los países orientales. En el libro de Génesis aparece el concepto del “patriarca”, para referirse a la persona más mayor en edad dentro de una familia, que ejerce la autoridad de gobierno dentro del hogar. Se menciona a Abraham como uno de los primeros patriarcas (Hebreos 7:4).
Analicemos la etimología. Patriarca procede del griego “partriarchês”, la cual se compone de “patria” que es descendencia o familia, y “archô” que indica mandar. El patriarca se consideraba la autoridad familiar, no es el producto de una elección ni de una imposición, sino el efecto de un proceso de la multiplicación donde los padres se convierten en la autoridad sobre sus hijos, y el esposo como la esposa, gobiernan la vida de estos hasta que se emancipen, o sean mayores de edad. Ellos deben ejercer una autoridad sujeta a las normas establecidas por Dios, corrigiéndolos, disciplinándolos, con sabiduría (Proverbio 13:24, 22:6). Es ahí cuando nace la primera estructura de gobierno en la creación, la cual es la familia, columna vertebral de la sociedad, la iglesia y el mundo.